La Presencia y la humanidad que tienen los retratos romanos y sus esculturas, son fruto de la observación directa, conocimiento de la anatomía y formar parte de un taller de escultura desde temprana edad, con 7 años ya estaban trabajando y aprendiendo, de maestros que en búsqueda constante profundizaban en su arte.
Museo Nacional de arqueología Romana, Roma. Italia